Condicionamiento Operante
Skinner presenta un análisis funcional del comportamiento, considerando a la conducta como una variable dependiente de sus consecuencias (refuerzo) –a diferencia del condicionamiento clásico en que la conducta depende de los estímulos que la anteceden-. Presenta un modelo de contingencia de tres términos en que un estímulo discriminativo (influencia ambiental antecedente) permite la aparición de una respuesta que es seguida de un estímulo que refuerza (consecuencia), es decir, que aumenta la probabilidad de que la respuesta se produzca en el futuro (el castigo disminuye esa probabilidad) (Schunk, 1997).
Antecedentes ---> Comportamiento ---> Consecuencias
El comportamiento puede ser modificado cambiando o controlando tanto los antecedentes como las consecuencias de la conducta, o bien ambos. Pese a esto, la teoría se ha centrado más en describir el efecto de las consecuencias de la conducta que en la modificación de ésta.
Tanto el condicionamiento clásico como el operante utilizan los componentes básicos -estímulos y respuestas- para explicar el aprendizaje, pero difieren en su ordenamiento. Mientras en el condicionamiento clásico la atención se centra en el estímulo que causa la respuesta, en el condicionamiento operante, la atención está puesta en la consecuencia que sigue a una respuesta determinada y en el efecto que ésta tiene sobre la probabilidad de emisión de la respuesta en el futuro.
De esto surge lo que los conductistas llaman el análisis ABC, es un análisis de la conducta (B de Behavior) y su contexto, o más específicamente de sus antecedentes (A) y sus consecuencias (C). En el modelo conductual de Skinner este tipo de análisis pone su acento en las consecuencias (C), siendo tanto así que los antecedentes (A) que se consideran para el análisis, son aquellos que adquieren su influencia de las consecuencias de la conducta (Williams,1999). Por ejemplo, si el comentario de un estudiante es considerado sólo cuando el profesor le ha dado la palabra, el alumno eventualmente aprenderá a comentar sólo cuando el profesor le de la palabra. Si bien del análisis ABC podrían inferirse causas y efectos, de hecho lo que nos facilita no es eso, sino que sólo nos permite describir la secuencia de eventos. Pero por eso mismo nos puede permitir ver si existen o no cambios en la conducta si introducimos alteraciones ya sea en los antecedentes y/o en las consecuencias.
Refuerzo y Castigo
Las consecuencias de un comportamiento pueden aumentar la
probabilidad de ocurrencia de la respuesta (refuerzo) o disminuir la
probabilidad de que se repita (castigo).
a.
Refuerzo
Un refuerzo se define como un
evento que, presentado inmediatamente después de la ocurrencia de una conducta,
aumenta la probabilidad de ocurrencia de dicha conducta.
Existen distintos tipos de
refuerzos. Aquellas consecuencias que al ser presentadas aumentan la
probabilidad de que ocurra una respuesta son refuerzos positivos; por ejemplo,
si se le da una buena nota a un niño cuando éste ha estudiado, tenderá a
repetir su conducta de estudio; si los compañeros se ríen y celebran los
chistes del payaso del curso, éste probablemente mantendrá comportándose como
tal. En cambio, aquellas consecuencias que al ser retiradas de la situación
aumentan la probabilidad de que la respuesta vuelva a ocurrir son llamadas
refuerzos negativos.
EN EL SIGUIENTE VIDEO UN EJEMPLO DE REFORZAMIENTO POSITIVO EN EL CONDICIONAMIENTO OPERANTE;
Estos refuerzos funcionan como un
alivio; si a un niño que se porta mal en clase, porque le produce ansiedad
estar sentado escuchando a la profesora, se le echa para afuera, se le está
reforzando negativamente, pues se le está retirando el estímulo provocador de
ansiedad, y aumentan las probabilidades de que siga portándose mal.
Los refuerzos, además, pueden
clasificarse en primarios y secundarios.
Los refuerzos primarios son
aquellos que se relacionan con la satisfacción de necesidades biológicas, tales
como comida o bebida.
En cambio los refuerzos secundarios son
aprendidos por asociación con los primarios, e incluyen el dinero, las
calificaciones escolares o el elogio, por ejemplo (Papalia y Wendkos, 1987).
Es importante notar que lo que es
reforzante para una persona no necesariamente lo es para otra, por lo cual hay
que tomar en cuenta el contexto y las características personales cuando se
quiere enseñar una conducta a través del condicionamiento operante. Además,
para que el refuerzo sea efectivo, éste debe ser contingente con la conducta
que se desea reforzar, es decir, debe ser administrado lo antes posible después
de ejecutada la conducta.
b. Castigo
Además de controlar las consecuencias de una conducta con el objeto de aumentar
la probabilidad de que ésta vuelva a ocurrir, es posible manipular las
consecuencias para producir una disminución en la conducta. Una consecuencia
que, inmediatamente después de una conducta, hace que disminuya la probabilidad
de que la conducta se vuelva a repetir es un castigo.
Existen dos tipos de castigo: el
castigo positivo consiste en la aparición de un evento displacentero o
doloroso, mientras que el castigo negativo consiste en la desaparición de un
evento “bueno” o placentero. Por ejemplo, una profesora que hace que su curso
copie una frase del pizarrón 30 veces está aplicando un castigo positivo,
mientras que un profesor que deja a su curso sin recreo, está utilizando un
castigo negativo.
Para que un castigo o refuerzo sea
efectivo, debe cumplir con ciertas condiciones. La primera, es la contingencia
temporal, que significa que el castigo será más efectivo mientras menor sea el
intervalo de tiempo que transcurra entre el comportamiento indeseado y el
castigo. La segunda se refiere a la constancia; esto implica que el castigo
será efectivo cuanto más constante sea; no basta con castigar una conducta a
veces: debe castigarse cada vez que se presente para que efectivamente disminuya
su aparición. Finalmente, la eficacia depende de la medida en que se refuercen
conductas alternativas. No basta con señalarle a la persona qué conducta no
debe emitir, sino que además hay que señalarle qué es lo que debe hacer en
cambio (Papalia y Wendkos, 1987).
Estímulo Discriminativo
Como se mencionó anteriormente, el
comportamiento puede ser modificado manejando tanto las consecuencias como los
antecedentes de ésta. Una forma de manejar los antecedentes es dando claves o
señales que entreguen información acerca de cuáles son los comportamientos que
son apropiados en la situación, es decir, qué comportamientos llevarán a
consecuencias positivas y cuáles a consecuencias negativas; o bien señales que
indiquen cuándo debe producirse una conducta y cuándo no. A estos estímulos se
les llama estímulos discriminativos.
Por ejemplo, el inspector parado en el pasillo a la salida de clases, es un estímulo discriminativo para la emisión de la conducta de no correr, empujarse ni gritar por parte de los alumnos.
Procesos en el Aprendizaje por Condicionamiento Operante Además de los procesos de generalización y discriminación, que fueron descritos para el caso del condicionamiento clásico, el aprendizaje mediante condicionamiento operante incluye otros cinco procesos que merecen ser descritos aquí.
Por ejemplo, el inspector parado en el pasillo a la salida de clases, es un estímulo discriminativo para la emisión de la conducta de no correr, empujarse ni gritar por parte de los alumnos.
Procesos en el Aprendizaje por Condicionamiento Operante Además de los procesos de generalización y discriminación, que fueron descritos para el caso del condicionamiento clásico, el aprendizaje mediante condicionamiento operante incluye otros cinco procesos que merecen ser descritos aquí.
Ellos son el priming, el shaping o
moldeamiento, el encadenamiento, el contra condicionamiento y la extinción.
a.
Priming
Es el proceso por medio del cual se provoca el comportamiento deseado -o
algo parecido a él- de manera deliberada, para que éste pueda ser reforzado. Se
usa cuando se quiere reforzar una conducta que nunca, o casi nunca, ha sido
exhibida por la persona (en cuyo caso sería muy difícil esperar a que ocurra la
conducta para reforzarla). Por ejemplo, enseñarle a un niño que siempre da
portazos, a cerrar silenciosamente la puerta; si el profesor espera a que el
niño muestre la conducta, puede demorarse mucho, ya que el niño no tiene por
qué empezar a hacerlo, y así, no tiene cómo reforzar la conducta deseada. Para
que la conducta empiece a aparecer, puede recurrir a elementos externos que
ayuden al niño a dar tal respuesta, como por ejemplo, apretar la bisagra de la
puerta para que cueste dar portazos, o poner un borrador que amortigüe el golpe
y por lo tanto reduzca el ruido. El niño se ve obligado a emitir la conducta,
de manera que puede ser reforzada.
b.
Shaping
o Moldeamiento Es un proceso que se usa para enseñar conductas muy
complejas, que no se puede esperar que ocurran correctamente las primeras veces
que se llevan a cabo.
El moldeamiento mediante aproximaciones sucesivas es un
proceso en que se da un refuerzo cuando la persona muestra un comportamiento
que se parece o aproxima al comportamiento deseado; cada comportamiento
reforzado debe ser una mejor aproximación a lo deseado.
Por ejemplo, enseñar a escribir a máquina. El alumno comete
15 errores en el primer intento, 13 en el segundo, 17 en el tercero, 14 en el
cuarto y 10 en el quinto. El profesor refuerza al alumno en el primer intento,
y en el segundo y el quinto; no refuerza en los otros, ya que el tercero fue
peor que los demás, y el cuarto fue mejor, pero no mucho mejor.
c.
Encadenamiento
Este proceso se relaciona con la aproximación sucesiva y requiere de un
programa de reforzamiento que vaya paso a paso; es el reforzamiento de
componentes parciales o de ciertas partes de un comportamiento más complejo. Se
refuerzan secuencialmente distintas partes del comportamiento con la
expectativa de que se aprenda también el comportamiento total.
Hay dos tipos de “encadenamiento”: hacia delante y hacia
atrás. En el primero se refuerza cada paso del comportamiento en el orden en
que ocurren. En el segundo, se refuerzan primero los pasos finales, y después
los primeros pasos del acto complejo.
Ejemplo de
encadenamiento hacia adelante:
La profesora que enseña a coser refuerza primero las
conductas de cortar telas, marcar patrones; luego refuerza costuras derechas;
luego refuerza tipos de costura más complejos; finalmente, se refuerza el
producto completo.
Ejemplo de
encadenamiento hacia atrás:
Esto se usa especialmente en tareas en que los primeros
pasos son más difíciles que los últimos. Una profesora enseña a hacer figuras
de greda en un torno.
Como las primeras fases del trabajo son muy difíciles, ella
los hace y deja que sus alumnos terminen el trabajo y saquen la figura del
torno; cuando hacen eso bien, los refuerza. De a poco, va dejando más tareas
por hacer, empezando solamente el trabajo, y finalmente, deja que los alumnos
hagan todo. Este tipo de encadenamiento también se aplica con frecuencia cuando
los primeros pasos de una tarea son más peligrosos que los finales.
Tal es el caso de una madre que enseña a su hijo a hacer un
huevo revuelto. Primero le enseñará a revolver el huevo, más adelante le
enseñará a quebrar un huevo, y por último le enseñará a prender el gas de la
cocina.
d.
Contracondicionamiento
Es el proceso a
través del cual un comportamiento indeseado es eliminado o removido al mismo
tiempo que es sustituido por un comportamiento deseable a través del
reforzamiento. Los dos comportamientos son incompatibles, por lo cual el
establecimiento de la conducta deseado implica necesariamente la eliminación de
la indeseada. Por ejemplo, si un niño molesta en clase por sacarle punta a sus
lápices haciendo mucho ruido, la profesora querrá eliminar esa conducta, para
ello lo reforzará cuando llega a clases con sus lápices ya con punta. Otro
ejemplo (Nordquist y Bradley, 1973) lo encontramos en el niño que no
participaba con sus compañeros y se mantiene alejado en los recreos. La
profesora, preocupada, se acerca a él, pero este acercamiento parecía reforzar
su conducta de alejamiento de sus compañeros. Se le aconseja a la profesora que
ignore al niño cuando éste esté solo, y en cambio, lo refuerce cuando se mezcle
con los demás.
e.
Extinción
Es el proceso que explica la pérdida de patrones de
comportamiento que han sido previamente reforzados. Se produce cuando se
elimina el refuerzo a una conducta. Para eliminar o extinguir una conducta, es
necesario en primer lugar identificar los refuerzos que están ligados a ella,
para luego retirarlos. Por ejemplo, si cuando el profesor reta a un niño, las
risas que éste reto producen los compañeros refuerzan la mala conducta del
niño, el profesor puede eliminar sus retos, eliminando así el reforzador.
Programas de refuerzo
El concepto Programas
de Reforzamiento se refiere a la pauta con la cual se aplica el refuerzo. En
términos generales, el reforzamiento puede ser continuo o parcial.
a.
Refuerzo
Continuo
Se refiere al reforzamiento de
cada una de las respuestas correctas. Es el tipo de reforzamiento más rápido
para aprender una conducta.
b.
Refuerzo
Parcial o intermitente
Este es aquel que se entrega de
manera frecuente, pero no continuada, es decir, sólo se entrega frente a
algunas emisiones de la conducta. Este tipo de reforzamiento demora más en
producir el aprendizaje de una respuesta, pero produce un comportamiento más
resistente a la extinción. El criterio para administrar o no el refuerzo puede ser
de intervalo (fijo o variable) o bien de razón (fija o variable).
c.
Programas
de intervalo
Aquí, los refuerzos se administran
cada cierto tiempo determinado. En el intervalo fijo, este período de tiempo es
siempre el mismo, lo cual lo hace sumamente predecible y por lo cual tiende a
disminuir la conducta inmediatamente después de entregado el refuerzo. Por
ejemplo, si un curso sabe que la profesora pasará a revisar su trabajo cada
quince minutos, es probable que los niños jueguen y conversen durante los
primeros minutos, poniéndose a trabajar poco antes de que se cumplan los quince
minutos y después que se haya ido la profesora sabrán que vuelven a tener un
buen rato para conversar y jugar antes que ella vuelva. En cambio, en el
intervalo variable el tiempo que transcurre entre un refuerzo y el próximo va
cambiando, de manera que es difícil de predecir su aparición, pero la conducta
se hace uniforme, estable y difícil de extinguir.
d.
Programas
de razón
En el reforzamiento de razón lo que importa es
el número de respuestas ejecutadas y no el tiempo que pase entre cada refuerzo.
En un programa de razón fija, el refuerzo es entregado cada cierto número de
respuestas. Los programas de razón variable, por otro lado, refuerzan al
individuo después de un número variable de respuestas, que oscilan alrededor de
un promedio determinado.Este último programa hace que la conducta reforzada sea más resistente a la extinción. En el primer caso, por ejemplo, se reforzaría al alumno con un premio después de que resuelva correctamente 5 ejercicios de aritmética; en el segundo, en cambio, se reforzaría a veces después de 2 ejercicios correctos, a veces después de 4, 5 ó 6, por ejemplo.
Cuadro Resumen de los
tipos de programas de reforzamiento intermitente.
Aplicación del Condicionamiento Operante en Educación
Tal como se ha visto, el principal potencial del condicionamiento operante al ser aplicado a la educación consiste en su capacidad para instaurar, modificar y eliminar conductas indeseables y para instaurar otras deseables.
Tal como se ha visto, el principal potencial del condicionamiento operante al ser aplicado a la educación consiste en su capacidad para instaurar, modificar y eliminar conductas indeseables y para instaurar otras deseables.
Así, los principales usos que se le han dado a esta técnica
en la educación han consistido en crear un ambiente conductual apropiado a la
situación de aprendizaje, mediante un adecuado uso del refuerzo, castigo y
estímulos discriminativos. Según Ervin y Ehrhardt (2000, citados en Ervin,
Erhhardt y Poling, 2001) la mayor influencia del análisis funcional propuesto
por Skinner a la psicología escolar, son las reglas de un modelo general de disciplina.
• Seguir el desempeño de una respuesta correcta con consecuencias positivas, ignorando las respuestas incorrectas.
• Proveer óptimas contingencias de reforzamiento por respuestas correctas, las cuales deben ser positivas, inmediatas y frecuentes. Inicialmente deben ser continuas y luego intermitentes.
• Maximizar la ejecución de respuestas correctas y minimizar los errores, utilizando el moldeamiento o shaping, mediante el uso de pequeños pasos instruccionales.
• Evitar utilizar el control aversivo.
• Reforzar la conducta exacta que se quiere enseñar.
• Aplicar el reforzamiento, lo más específicamente posible, evitando ser vago. Se requiere que el aprendiz entienda claramente cúal es el comportamiento que está siendo reforzado.
• Estar atento a la naturaleza y timing de los reforzamientos a utilizar, identificando aquellos pertinentes a cada aprendiz en particular.
Es así como Skinner ( Tuckman, 1992; Travers, Elliot y Kratochwill, 1993), plantea que el profesor debe seguir las siguientes indicaciones para lograr poner en práctica estos principios:
• Seguir el desempeño de una respuesta correcta con consecuencias positivas, ignorando las respuestas incorrectas.
• Proveer óptimas contingencias de reforzamiento por respuestas correctas, las cuales deben ser positivas, inmediatas y frecuentes. Inicialmente deben ser continuas y luego intermitentes.
• Maximizar la ejecución de respuestas correctas y minimizar los errores, utilizando el moldeamiento o shaping, mediante el uso de pequeños pasos instruccionales.
• Evitar utilizar el control aversivo.
• Reforzar la conducta exacta que se quiere enseñar.
• Aplicar el reforzamiento, lo más específicamente posible, evitando ser vago. Se requiere que el aprendiz entienda claramente cúal es el comportamiento que está siendo reforzado.
• Estar atento a la naturaleza y timing de los reforzamientos a utilizar, identificando aquellos pertinentes a cada aprendiz en particular.
Por la especificidad de las recomendaciones que se puede realizar a la educación desde el condicionamiento operante, es que los procesos implicados en el análisis funcional, están siendo reconocidos como la primerísima intervención a realizar con niños con necesidades educativas especiales por el congreso de Estados Unidos en el “Individuals with Disabilities Education Act” (IDEA, 1999, citado en Ervin, Ehrhardt y Poling, 2001).
FUENTES CONSULTADAS
http://www.cippsvonline.com
https://www.blogger.com
https://www.youtube.com
http://galeon.com/nada/parte2.pdf
http://galeon.com/nada/parte2.pdf
http://html.rincondelvago.com/conductismo_6.html
http://es.slideshare.net/leyaflor/presentacion-conductismo-psicologia-skinner
http://uoctic-grupo6.wikispaces.com/Conductismo?responseToken=5727beac61e9458005c75a5a7f9aca65
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